Seguro que conoces a alguien que ha padecido o padece lumbalgia o dolor lumbar. Es un problema de salud frecuente en la población que puede originar una disminución importante en la calidad de vida, afectando a la esfera emocional, laboral y familiar de la persona. En este artículo te contamos todo lo que debes de saber acerca del dolor lumbar y por qué este dolor no desaparece
Lumbalgia crónica
El dolor lumbar, lumbalgia o lumbago es el dolor localizado en la parte baja de la espalda, correspondiente a la zona lumbar de la columna vertebral y que afecta alguna parte de la zona que se extiende desde las costillas posteriores hasta la zona de los glúteos, puede o no afectar a las piernas. Es uno de los motivos principales de consulta en los servicios médicos de atención primaria y especializada. Se estima que aproximadamente un 80% de las personas tendrá una lumbalgia al menos una vez en la vida.
La incidencia de un primer episodio de lumbalgia es de un 6,3 a un 15,4% por año. Su frecuencia aumenta con la edad, siendo su máxima prevalencia entre los 40 y 60 años. El índice de remisión es de 54 a 90% por año. La recurrencia de la lumbalgia es alta, pueden presentarse varios episodios a lo largo del año o bien estos se espacian en periodos de uno o dos años. La tendencia a la cronificación es elevada, por lo que debemos tomar todas las medidas posibles para evitar esta recurrencia.
Dolor lumbar persistente, ¿cuál podría ser la causa?
La lumbalgia es un término descriptivo que no representa una enfermedad en sí misma sino un síndrome de varias causas. Se presenta al realizar un esfuerzo como levantar o cargar un peso o torcer el cuerpo. El origen del dolor puede ser muscular como consecuencia de traumatismos; esguinces por estiramientos excesivos o falta de flexibilidad, así como malas posturas. Puede ser de origen osteoarticular, por artrosis de las articulaciones facetarias posteriores, (que son unas articulaciones que unen una vértebra con otra en la parte posterior de las mismas); degeneración del disco intervertebral, se producen fisuras en el disco que acaba en una protrusión de este y en hernia discal, con la consecuente ciática. Cuando existe una hernia discal y compresión del nervio radicular se produce un dolor por la nalga y toda la pierna que llamamos ciática. En personas de cierta edad pueden aparecer fracturas por osteoporosis que producen un dolor lumbar intenso e incapacitante. Otro cuadro es la estenosis espinal, causada por un estrechamiento de la columna vertebral que ejerce presión sobre la médula espinal y nervios. Puede provocar dolor o entumecimiento al caminar, lo que obliga a pararse a la persona, con el tiempo, conduce a debilidad de la pierna.
¿Es posible tener dolor de espalda durante meses?
La mayoría de los episodios agudos de lumbalgia se deben inicialmente a una contractura muscular. El músculo cuadrado lumbar se inserta en la doceava costilla y en la cresta de la pala iliaca (cadera), su función es mantener erecta la espalda. Es uno de los músculos más frecuentemente involucrados en las lumbalgias. El músculo psoas ilíaco se inserta en la cara lateral de las vértebras y en la cadera. Su función es la flexión de la cadera y también puede producir lumbalgia.
Las lumbalgias agudas suelen durar 1 o 2 semanas, con analgésicos y un reposo relativo el paciente se recupera. En el caso de una ciática, la recuperación puede llegar a 6 semanas. Cuando el dolor persiste a pesar del tratamiento analgésico pueden entrar en funcionamiento mecanismos neurológicos que mantienen el dolor, la contractura muscular y la inflamación, creando un círculo vicioso del cual es difícil salir. En los casos subagudos, debemos hacer hincapié en la rehabilitación funcional y postural del paciente. Si transcurren más de tres meses, es necesario solicitar pruebas de imagen, como radiografías o resonancia nuclear magnética. Estas pruebas aportan información sobre el estado de la columna del paciente y descartar posibles causas más graves como infecciones o neoplasias, poco frecuentes, pero que pueden ocurrir.
¿Por qué el dolor lumbar no desaparece?
Cuando no conseguimos tratar adecuadamente la causa del dolor lumbar, este puede perpetuarse en el tiempo, mantener activos mecanismos neuronales que inducen cambios persistentes en las neuronas medulares, lo que trae como consecuencia la persistencia del dolor, la inflamación y la contractura, aunque se resuelva su desencadenante inicial.
Cuando el dolor se cronifica, entran en juego otros factores emocionales, cognitivos y conductuales. Es decir, la lumbalgia afecta a nuestra vida diaria, a nuestras relaciones con los demás tanto en la esfera familiar como laboral. Produce discapacidad para realizar los quehaceres domésticos y las cargas laborales. Por lo que nos puede conducir a un estado de bajo ánimo y de desesperanza al no ver una solución para nuestro problema. A su vez la persona piensa que determinados movimientos como andar, subir cuestas o coger pequeños pesos le van a producir más dolor, por lo que deja de hacerlos. Esto produce más atrofia muscular, un bajo estado físico y aumento de peso, que perpetúa la lumbalgia y el dolor.
Lumbalgia crónica: ¿tiene cura?
La lumbalgia crónica si tiene cura, los objetivos son aconsejar, educar y tranquilizar al paciente. Cuando una persona presenta una lumbalgia con o sin irradiación por la pierna de más de tres meses de evolución, lo primero es buscar un diagnóstico adecuado. Para ello realizaremos las pruebas que sean necesarias, sino han hecho previamente, como radiografías, analítica de sangre, Resonancia nuclear magnética. Como hemos comentado anteriormente, la columna lumbar es una estructura compleja y dinámica donde existen muchas estructuras que son capaces de generar dolor.
Desde la Unidad de dolor realizamos bloqueos diagnósticos con anestésicos locales y corticoides sobre diferentes estructuras (músculos, articulaciones facetarias, espacio epidural, articulaciones sacroiliacas, nervios, etc.). Estos bloqueos son diagnósticos porque si cesa el dolor o disminuye nos aportan información de qué estructura es la generadora de dolor. También son terapéuticos porque disminuyen el dolor, y en muchas ocasiones desaparece por completo y de forma duradera.
La rehabilitación, fisioterapia, educación postural, el hacer ejercicio de manera habitual dentro de las posibilidades de cada persona son fundamentales dentro de un tratamiento integral y mejorarán la tolerancia al dolor y el pronóstico del mismo. No debemos olvidar transmitir un mensaje de tranquilidad al paciente, la columna es una estructura dura y sólida que soporta el peso de nuestro cuerpo y lo distribuye por las caderas hacia las piernas. No se va a romper o no nos vamos a quedar paralíticos en una silla de ruedas por una lumbalgia habitual. Si debemos mantenernos activos, protegernos en aquellas situaciones forzadas que puedan venir mal para nuestra espalda y saber que puede haber días “malos” con dolor dentro de períodos de normalidad.
Tratamiento para el dolor lumbar que no desaparece
En las unidades de tratamiento del dolor utilizamos una gran cantidad de técnicas analgésicas según la patología y la causa que genera el dolor lumbar. La primera línea de tratamiento en una lumbalgia aguda o subaguda será tratamiento rehabilitador, analgesia oral y ejercicios posturales. Si a pesar de esto el paciente continúa con dolor y han pasado más de 3 meses desde el inicio de cuadro o se repiten los episodios frecuente más de 3-4 veces al año tenemos riesgo de cronificación del dolor y podríamos afirmar que el paciente necesita un tratamiento intervencionista como son los bloqueos / infiltraciones para mejorar y romper el círculo de dolor-contractura-inmovilización-más dolor. Siempre partimos de técnicas sencillas como bloqueos diagnósticos hacia técnicas más complejas.
Se pueden realizar bloqueos ecoguiados en el músculo cuadrado lumbar, erector espinal y psoas ilíacas. Bloqueos de las articulaciones facetarias lumbares, bloqueos epidurales o radiculares selectivos. Según los resultados se aplican técnicas de radiofrecuencia que tienden a modular la raíz nerviosa o quemar la inervación de las articulaciones facetarias.
Podemos actuar sobre el disco intervertebral con técnicas descompresivas de hernias discales como la radiofrecuencia coablativa “Resadisc”, láser, ozono intradiscal o bien con técnicas regeneradoras como el plasma rico en plaquetas intradiscal.
Todas estas técnicas se realizan con el objetivo de disminuir el dolor del paciente, que pueda retornar a su actividad normal, que se mantenga activo y evite el reposo en cama. Todo redunda en un bienestar y en una mejora de la calidad de vida relacionada con la salud.
Si tienes lumbalgias frecuentes o llevas tiempo con un dolor lumbar que no termina de solucionarse desde la Clínica Edolor Unidad del dolor de Euskadi podemos ayudarte.