Dolor muscular

El síndrome miofascial es un cuadro de dolor regional muscular, localizado en un músculo o grupo muscular. Consta de una banda tensa, dolorosa y palpable en cuyo seno se encuentra el punto gatillo o trigger point. Se caracteriza por dolor en la zona muscular y dolor referido a distancia, sin déficit motor o sensitivo asociado.
La presencia de una banda tensa y palpable a lo largo del músculo expresa un estado anormal de tensión en la fibra muscular.

Se atribuye a una disfunción de la placa motora, donde las motoneuronas contactan con las fibras musculares. Se produce, por tanto, una contracción muscular mantenida en condiciones de reposo, que lleva a una alteración del flujo de sangre, oxígeno y nutrientes de la zona en cuestión, lo que conlleva un fallo metabólico o crisis energética además de una isquemia relativa mantenida. Estas condiciones favorecen la liberación de sustancias inflamatorias y algógenas que completan el círculo de contracción muscular y dolor. 

Está relacionado con factores mecánicos de sobrecarga o sobreutilización muscular como microtraumatismos repetidos, sedentarismo, malas posturas, estrés o desequilibrio mecánico, enfermedades articulares, etc. El paciente refiere dolor a la presión del punto gatillo y limita la movilidad del músculo. Los músculos más frecuentemente afectados son los utilizados para mantener la postura corporal, cuello, hombros y cintura pélvica (trapecio, psoas, cuadrado lumbar, piramidal, etc.).

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POSIBILIDADES TERAPÉUTICAS

Tratar el dolor muscular

El hallazgo más frecuente es la palpación de una banda tensa en el musculo doloroso, que provoca en el paciente una respuesta desproporcionada a la presión aplicada. No existe una prueba diagnóstica, por laboratorio o imagen, que nos diagnostique el síndrome miofascial o dolor muscular, pero una exploración física rigurosa y una adecuada historia clínica debe llevarnos a un diagnóstico preciso.

El tratamiento requiere un abordaje multidisciplinar y debe ser individualizado en cada caso. Educar al paciente, ejercicios domiciliarios, eliminar factores desencadenantes junto a fisioterapia y farmacología será la primera línea de tratamiento. En los casos refractarios, donde a pesar de las medidas de primera línea, el paciente continua con limitación de la calidad de vida a causa del dolor, la infiltración de los puntos gatillo con anestésicos locales, corticoides o toxina botulínica pueden ayudar a resolver el cuadro de dolor muscular.

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