La estenosis de canal se define como un estrechamiento del canal medular o canal raquídeo, espacio por donde pasa la médula espinal y las raíces nerviosas, lo cual provoca un aumento de presión sobre las estructuras nerviosas que salen de la columna. Puede ocurrir en cualquier nivel de la columna, siendo la zona lumbar baja la más frecuente.
La gran mayoría de casos de estenosis de canal son atribuidos a procesos degenerativos debidos a la edad, como la artrosis, que producen una estrechez del canal y compresión de las raíces espinales y/o médula.
La estenosis de canal puede producir variedad de síntomas: dolor, debilidad de extremidades inferiores, necesidad de pararse al caminar, alteración de reflejos, hormigueo o pesadez en las piernas.
Habitualmente, los pacientes que padecen estenosis de canal lo describen como una sensación de peso y tirantez en las nalgas y piernas hasta las pantorrillas cuando caminan, lo que se conoce como claudicación neurógena de la marcha, que consiste en un dolor, molestia o pesadez en una o las dos piernas al rato de estar caminando, lo que obliga al paciente a sentarse y descansar. A los minutos de haberse sentado, típicamente puede recuperarse y seguir caminando.
En función de la gravedad de la estenosis de canal los pacientes podrán andar más o menos sin dolor. Se considera grave tener que pararse por debajo de los 200 metros y muy grave si el paciente debe pararse por debajo de los 50 metros.
El origen de la estenosis puede ser de muchos tipos (traumático, neoplásico, estructural, inflamatorio …) aunque la gran mayoría suele ser degenerativo.
Muchos de los cambios de la columna vertebral pueden ser atribuidos a procesos degenerativos debidos a la edad, como la artrosis, que producen una estrechez del canal y compresión de las raíces espinales y/o médula.
El tratamiento de la estenosis de canal varía según la ubicación de la estenosis y la gravedad de los signos y síntomas.
Los tratamientos conservadores de ejercicios personalizados asociado a medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, suelen ser las primeras recomendaciones.
Las infiltraciones epidurales consisten en inyectar antiinflamatorios directamente en la zona afectada. Esto permite reducir la inflamación, especialmente de las raíces nerviosas, y aliviar el dolor.
Para un resultado más efectivo, suelen realizarse guiadas por imagen o con dispositivos especiales a través del espacio epidural como catéteres dirigibles o endoscopia espinal o epiduroscopia.
Si el tratamiento conservador no es suficientemente eficaz, la cirugía es de elección mediante la descompresión posterior, pudiendo añadir una estabilización si fuera necesaria.
Cookie | Duración | Descripción |
---|---|---|
cookielawinfo-checkbox-analytics | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Analytics". |
cookielawinfo-checkbox-functional | 11 months | The cookie is set by GDPR cookie consent to record the user consent for the cookies in the category "Functional". |
cookielawinfo-checkbox-necessary | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookies is used to store the user consent for the cookies in the category "Necessary". |
cookielawinfo-checkbox-others | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Other. |
cookielawinfo-checkbox-performance | 11 months | This cookie is set by GDPR Cookie Consent plugin. The cookie is used to store the user consent for the cookies in the category "Performance". |
viewed_cookie_policy | 11 months | The cookie is set by the GDPR Cookie Consent plugin and is used to store whether or not user has consented to the use of cookies. It does not store any personal data. |