DOLOR ONCOLÓGICO

¿Qué es el dolor oncológico?

El dolor oncológico se refiere a los dolores que pueden padecer pacientes oncológicos, bien por la progresión de la propia enfermedad o debido a los tratamientos y patologías asociadas.

Muchos pacientes oncológicos no reciben un tratamiento adecuado del dolor y cuando el cáncer está en fases avanzadas, se suman al sufrimiento del paciente.

¿Por qué tengo dolor oncológico?

Este dolor está presente en el 30-50% de los pacientes oncológicos y en las fases avanzadas de la enfermedad puede llegar al 70-90%.

El tipo de dolor del paciente oncológico depende del tipo de neoplasia, de su extensión, del tratamiento recibido, de la localización y del umbral para el dolor que tenga cada paciente.

Es necesaria una cuidadosa valoración del dolor y de las características propias del paciente y de su enfermedad.

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Síntomas de dolor oncológico

El dolor oncológico irruptivo o incidental es muy frecuente en el paciente con dolor oncológico y su control es difícil.

La intensidad del dolor irruptivo oncológico es muy alta y la duración es corta, el fármaco ideal para el tratamiento es aquel que tenga un inicio de acción muy rápido y que su efecto dure poco tiempo.

En este sentido el citrato de fentanilo oral transmucoso, sublingual, intranasal sería el indicado.

Causas de dolor oncológico

La incidencia del dolor varía dependiendo del tumor, siendo más frecuente en los tumores óseos, pancreáticos, cérvix, cabeza, cuello y gástricos (80%)

El dolor óseo es el más frecuente. Las metástasis del cáncer de mama, pulmón, próstata, y el mieloma múltiple son sus principales causas.

Tratamiento de dolor oncológico

El ideal es un tratamiento multidisciplinario, tanto para el tratamiento del cáncer como para sus síntomas, entre los que destaca el dolor.

El tratamiento del dolor oncológico se basará la escalera analgésica de la OMS (Organización Mundial de la Salud) de tres peldaños. Esta escalera permite controlar el dolor en el 70-90% de los casos. Antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos opiáceos menores u opiáceos mayores en combinación entre ellos y con coadyuvantes; los cuales se pueden añadir en cualquiera de los tres escalones. Posteriormente se ha añadido un cuarto escalón, que contempla la utilización de técnicas intervencionistas.

En caso de dolor oncológico refractario a las terapias farmacológicas podemos recurrir a técnicas intervencionistas mínimamente invasivas para control del dolor.

La utilización de estas técnicas ha permitido reducir las dosis de los fármacos analgésicos, disminuyendo sus efectos secundarios y mejorando el dolor y la calidad de vida de los pacientes.

Bloqueos nerviosos periféricos, infusión de fármacos intratecales, radiofrecuencia o neurolísis simpática ofrecen grandes posibilidades para el alivio del dolor.

El adecuado manejo farmacológico avanzado guiado por profesionales de las unidades del dolor y las técnicas intervencionistas mínimamente invasivas realizadas por personal cualificado, pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes de manera notable.