El dolor de mandíbula puede deberse a muchas causas, como las fracturas óseas y los abscesos en dientes infectados (conocidos popularmente como “flemones”), pero en esos casos el dolor es un síntoma de una patología diferente y fácilmente identificable, no el problema en sí.
Causas del dolor mandibular
El dolor de mandíbula puede tener inicialmente dos tipos de origen: los músculos de la mandíbula y la articulación de la mandíbula (articulación temporomandibular).
El dolor de origen muscular mandibular es una de las causas más frecuentes de este síntoma. Por regla general, el dolor mandibular de origen muscular tiene una extensión difusa, produciendo dolor en la mandíbula, el oído, el cuello y la cabeza; también puede generar dolores de cabeza que se desencadenan por la activación muscular (cuando comemos, hablamos, etc.).
El estrés es uno de los factores más frecuentes en la generación de tensión muscular, contractura y acaba produciendo dolor. Es muy frecuente que se asocie al bruxismo (o rechinar de dientes), un hábito que afecta a muchas personas por la noche.
El dolor de mandíbula también puede deberse a problemas esqueléticos de mordida, como el prognatismo o el retrognatismo, que dificultan mucho el cierre correcto de la boca. Estas patologías se solucionan con intervenciones que combinan la cirugía maxilofacial con la ortodoncia.
Existen otras causas de dolor mandibular, como la ATM. Se trata de la articulación que une la propia mandíbula con el cráneo. Existe un disco cartilaginoso que separa los huesos, evitando la fricción.
Sin embargo, este disco puede perder su posición natural, provocando dolor y dificultando el movimiento normal de la mandíbula, a veces se bloquea de forma que no es posible abrirla.
La artrosis mandibular se identifica mejor por la presencia de sonidos internos en la articulación temporomandibular (ATM). Estos sonidos corresponden a cambios degenerativos en la ATM, que se producen cuando el cartílago es presionado continuamente por sus estructuras circundantes.
Tratamiento del dolor mandibular
Cuando existe una patología de la articulación temporomandibular (ATM), su dentista suele prescribir una férula de descarga, también llamada de miorrelajación o reprogramación neuromuscular, porque su función es precisamente evitar que el paciente ponga los músculos en estado de tensión.
Para que estas férulas sean eficaces, el paciente debe asegurarse de utilizarlas con regularidad y acudir a las revisiones periódicas para controlar su evolución.